Hace una semana se publicó un artículo en El País en el que Roberto Medina decía saber lo que necesita España y daba instrucciones al Gobierno sobre lo que debe hacer.
Lo primero que propone es la "estructuración de un calendario anual de eventos y negocios de entretenimiento", porque con eso se atrae a muchos turistas y empresarios, que tendrán un aliciente para decidirse por éste y no otro destino.
Además afirma que los "grandes eventos de repercusión internacional aumentan la autoestima de las personas, reducen los niveles de estrés y fomentan el espíritu empresarial". Dice también que generan empleo, ingresos para todos y que lo hacen en la ciudad sede y en toda la nación en su conjunto.
Cuando leí esto no pude evitar compararlo con algún caso como Expo Zaragoza 2008, a ver si es verdad esto que dice Roberto, en su desarrollo y, por supuesto, después. Quizás la relación causa efecto que defiende Medina no sea tan directa en este caso.
Quizás analizando el FIB; pero si se gestiona desde Gran Bretaña, el público (eso sí, mayoritariamente extranjero, que se supone trae sus divisas) no consume gran cosa fuera de lo estrictamente necesario (véase como comienza este post), y además hay planes de doblar la sede (y generar economías de escala) se podrá reducir gasto y aumentar el público. Pero si los ingresos directos generados son para una empresa en exterior, los ingresos indirectos son mínimos y tenemos en cuenta que si alguien coge un avión para estar en benicassim difícilmente acudirá simultáneamente a Sevilla, el balance total no parece que resultará tan espectacular como parece de primeras.
Puede ser que haya alguna otra razón para que Medina se anime a dar estos consejos al Gobierno. Puede ser que tenga algo que ver con que sea el presidente de Rock in Rio, que se celebra también en dos ciudades a la vez (Madrid y Lisboa),en países contíguos en semanas consecutivas. No sé si es una buena estrategia para atraer público e inversiones exteriores. Que use un medio oficial (El País) para reclamar favores (o más favores, al fin y al cabo TVE es también media partner del festival) al Gobierno es algo que realmente me inquieta, si se anima a hacerlo me inclino a pensar que es porque estima que o es lícito o, aunque no lo fuere, es efectivo.
Apostar por la empresa creativa, por el impulso público a las iniciativas y la movilizacón de la ciudadanía está muy bien, aunque esta apuesta adquiere un cariz sospechoso en las palabras de Roberto Medina.
Quizás sea más recomendable leer otras visiones sobre la festivalización.
Lo primero que propone es la "estructuración de un calendario anual de eventos y negocios de entretenimiento", porque con eso se atrae a muchos turistas y empresarios, que tendrán un aliciente para decidirse por éste y no otro destino.
Además afirma que los "grandes eventos de repercusión internacional aumentan la autoestima de las personas, reducen los niveles de estrés y fomentan el espíritu empresarial". Dice también que generan empleo, ingresos para todos y que lo hacen en la ciudad sede y en toda la nación en su conjunto.
Cuando leí esto no pude evitar compararlo con algún caso como Expo Zaragoza 2008, a ver si es verdad esto que dice Roberto, en su desarrollo y, por supuesto, después. Quizás la relación causa efecto que defiende Medina no sea tan directa en este caso.
Quizás analizando el FIB; pero si se gestiona desde Gran Bretaña, el público (eso sí, mayoritariamente extranjero, que se supone trae sus divisas) no consume gran cosa fuera de lo estrictamente necesario (véase como comienza este post), y además hay planes de doblar la sede (y generar economías de escala) se podrá reducir gasto y aumentar el público. Pero si los ingresos directos generados son para una empresa en exterior, los ingresos indirectos son mínimos y tenemos en cuenta que si alguien coge un avión para estar en benicassim difícilmente acudirá simultáneamente a Sevilla, el balance total no parece que resultará tan espectacular como parece de primeras.
Puede ser que haya alguna otra razón para que Medina se anime a dar estos consejos al Gobierno. Puede ser que tenga algo que ver con que sea el presidente de Rock in Rio, que se celebra también en dos ciudades a la vez (Madrid y Lisboa),en países contíguos en semanas consecutivas. No sé si es una buena estrategia para atraer público e inversiones exteriores. Que use un medio oficial (El País) para reclamar favores (o más favores, al fin y al cabo TVE es también media partner del festival) al Gobierno es algo que realmente me inquieta, si se anima a hacerlo me inclino a pensar que es porque estima que o es lícito o, aunque no lo fuere, es efectivo.
Apostar por la empresa creativa, por el impulso público a las iniciativas y la movilizacón de la ciudadanía está muy bien, aunque esta apuesta adquiere un cariz sospechoso en las palabras de Roberto Medina.
Quizás sea más recomendable leer otras visiones sobre la festivalización.
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